lunes, 14 de diciembre de 2015

El Vivero, otro proyecto urbanístico en La Manga del Mar Menor (junto a la antigua y desaparecida discoteca el Zeta)


Casi setenta mil metros cuadrados de zona residencial, más de cincuenta mil en alojamientos hoteleros y turísticos y otros cincuenta mil de “zonas deportivas privadas” tienen intención de construir los promotores en los terrenos de El Vivero, sobre una superficie de más de trescientos mil metros cuadrados, si sigue adelante el proyecto catalogado ya como “definitivo” por el P.G.O.U. del Ayuntamiento de Cartagena, según aparece en la web de la Corporación municipal.
La idea de los promotores (Portmán Golf y Herjospha S.A., empresa esta última cuya titularidad la ostentan parte de los herederos de Grimanga) sería concentrar esta alta edificabilidad en cuarenta torres de ocho plantas de altura al objeto de rentabilizar la urbanización de la zona, tras las modificaciones que se vieron obligados a hacer por la orden de Costas de retranquear las construcciones más allá de los cien metros de la línea costera.

El Plan Parcial aprobado se asienta, en su mayoría, sobre los antiguos terrenos irremediablemente ganados al mar por Tomás Maestre sobre la antigua bahía de El Vivero que recibió ese histórico nombre al ser el lugar habitual de desove del mújol y la dorada, cuando aún La Manga no había sufrido su particular proceso urbanizador.
Sin embargo, Tomás Maestre diseñó para él una ambiciosa urbanización que decidió bautizar como Veneziola y que contaría con canales de agua interiores, para lo cual decidió colmatar completamente la bahía.
El proyecto, una vez ganados los terrenos al mar, no pudo seguir adelante a pesar de que en 1969 el Ministerio de Obras Públicas autorizó a José Luis Rubio Maestre (titular de Urmenor S.A.) ejecutar las obras proyectadas.
Y decidieron cambiarla de ubicación. Ahora lo construirían en La Manga Norte donde, como se sabe, intentaron ponerla de nuevo en marcha construyendo los canales interiores pero se volvió a quedar a medias esta vez por problemas de financiación al no contar ya con los créditos a bajo interés que el Estado concedía a la familia Maestre.
Mientras tanto, El Vivero se encontró con un serio problema con la llegada de la Democracia: la nueva Comunidad Autónoma desclasificaba ese espacio como urbanizable “dado el valor ecológico que tiene y la necesidad de un área libre de edificación en el inicio de La Manga del Mar Menor que permita a su vez la descongestión de la misma y la ubicación de áreas de esparcimiento”.
Las diferencias de criterio sobre el uso de ese suelo hizo que, en 1994, la situación continuara en los tribunales momento en el que Urmenor decidió enajenar sus derechos a Portmán Golf S.A. sin renunciar a la gestión del expediente iniciado en 1969.
En 1997 el propio Tomás Maestre Aznar se dirigió por carta a la entonces alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, mostrando su disposición a formalizar un acuerdo conjunto tendente a desbloquear la situación. Pero el proyecto urbanizador que puso la promotora sobre la mesa era completamente nuevo, con esas nuevas edificaciones concentradas, sin presentar “ni un mero rasgo de similitud” con el original. Se trataba de otro Plan Parcial en su concepción y diseño lo que originó un nuevo parón en este largo proceso urbanizador.
En 2012 la Comunidad Autónoma se vio obligada a revisar el proyecto a petición del Foro Ciudadano quien alegó que, con la Ley en la mano, era posible recuperar los terrenos para uso público. Concretamente apelaban al artículo 9 de la Ley de Costas de 1988 donde se especifica que “no podrán existir terrenos de propiedad distinta de la demanial del Estado en ninguna de las pertenencias del dominio público marítimo-terrestre, ni aun en el supuesto de terrenos ganados al mar o desecados en su ribera”.
En la actualidad, y a pesar de estar aprobado por el Ayuntamiento, pende sobre todo el PGOU municipal una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia declarándolo nulo en su totalidad por las “graves deficiencias de fondo del documento que ordena los usos del suelo en el Municipio” lo que, para muchos colectivos ciudadanos y parte de la oposición municipal, brinda la oportunidad de consensuar un modelo de municipio acorde con las nuevas demandas y donde se contemple la necesidad de descargar al maltrecho Mar Menor de una mayor presión impidiendo nuevas urbanizaciones en su costa.

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