El desfile con más afluencia en años triunfa por la suma de carrozas cinematográficas y grupos de animación.
Los niños con bolsas y cucuruchos para recoger caramelos y regalos se aprietan en la primera de las cuatro hileras de personas que esperan en cada acera para ver la cabalgata de los Reyes Magos de 2016, una de las más multitudinaria en años. Están en la Alameda de San Antón y el desfile acaba de empezar, a las seis y media de la tarde, para pasar por la Plaza de España y el Paseo de Alfonso XIII antes de entrar en el casco histórico. Miles de personas, distribuidas a lo largo del itinerario, demuestran que su ampliación en más de un kilómetro, iniciada el año pasado fuera del área peatonal, ha gustado.
Catorce carrozas, una más que el año pasado, y una docena de grupos de animación, con personajes de todos los mundos fantásticos que se pueda imaginar, iniciaron la marcha con 7.500 kilos de caramelos y 14.000 peluches que la multitud se afanó en coger al vuelo o del suelo conforme salían volando de sus cajas.
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