El desfile del Bando se anunció largo, serio y renovado. Se pretendía romper con la imagen de años anteriores, cuando abundaba cierto desorden y no se respetaba el protocolo. La Federación de Peñas Huertanas quiere dar más importancia a este desfile que es el acto central del día del Bando de la Huerta y ha comenzado estableciendo ciertas normas. Ya no se oyeron sevillanas en ninguno de los carros que salieron en la comitiva. Tampoco se vieron chicas ataviadas con el traje de chico. Los carros eran los reglamentados, los que la Federación considera que son típicos de Murcia. Y las carrozas lanzaron solo productos típicos de la huerta de Murcia. Las normas se cumplieron, el tiempo respetó y el Bando pasó la prueba con dignidad.
Los gigantes son un clásico de este desfile, y no pueden faltar abriendo el cortejo. Pero con ellos, en esta ocasión, iba un grupo de cabezudos diferentes, ya que eran naranjas y limones, productos imprescindibles para entender la huerta de Murcia. Una cesta gigante, de esas que usaban las señoras para salir a hacer la compra, circuló sobre dos ruedas, plagada de productos del campo. Tras ella los integrantes de El Celemín bailando jotas y parrandas, festejando que Paula Cánovas, su Reina Infantil, lo es también de toda la huerta murciana.
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