Conforme se acercaba el gran momento, más personas se congregaron en la plaza, que desde dos horas antes ya estaba vigilada por efectivos de la Policía Local. Una charanga amenizó la espera con villancicos, que hicieron saltar y bailar a los participantes.
La fiesta sirvió para despedir el Año del Modernismo y dar la bienvenida al de la Ilustración, que copará de actos 2017. Los bares de la zona se hacía difícil ya encontrar un hueco en la plaza. El confeti y las serpentinas comenzaron a volar, las uvas a pasar de mano en mano y la fiesta ya no paró hasta bien tarde, cuando ya muchos se preparaban para las campanadas de verdad.
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